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El bourbon es el estilo más prominente de whisky producido en los Estados Unidos, que se disfruta en salones de todo el mundo bebido solo o en brillantes cócteles de bourbon. En los días de antaño (alrededor de finales del siglo XVIII, específicamente), los inmigrantes irlandeses y escoceses trajeron la destilación a Kentucky.
Lo que comenzó como una forma de que los primeros granjeros americanos se ganaran la vida en sus campos se ha convertido en una de las grandes bebidas del mundo. El Kentucky Straight Bourbon ha sobrevivido a la templanza, a la Ley Seca y a la guerra, siempre refinando su carácter y ahora disfrutando de un renacimiento largamente esperado.
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Los primeros destiladores de whisky de América no vivían en Kentucky y no usaban maíz. Incluso cuando las destilerías artesanales surgen en todos los Estados Unidos, el Kentucky Straight Bourbon sigue siendo la encarnación clásica del whisky americano, formado por maíz, roble blanco y una dulzura inimitable y melosa.
En los años previos a la independencia, la agricultura era difícil en América. Pero algunos granjeros en Pennsylvania y Maryland tuvieron una idea: convertir su cosecha de grano excedente en whisky, que era más fácil de mantener, comerciar y transportar – y ganar más dinero.
La subida de los impuestos envió a los destiladores al sur, a Kentucky (y a Tennessee), y las subvenciones para cultivar maíz cambiaron sus materias primas, pero el principio siguió siendo el mismo -y la destilación del whisky porque estos primeros bourbons estaban toscos y listos- destilados, decantados en barriles, enviados, vendidos y consumidos con un mínimo de complicaciones. Pero unos pocos individuos comenzaron a refinar el proceso. Rev. Elijah Craig comenzó a usar barriles carbonizados; el Dr. James Crow (un escocés emigrado) aportó el rigor científico y la amalgama.
Desde estos comienzos del siglo XIX han evolucionado las reglas de la producción de bourbon. Se debe utilizar 51-80% de maíz (complementado con trigo, centeno y/o cebada); destilar no más de 80% de alcohol; poner en barriles nuevos de roble blanco carbonizado no más de 62,5% de alcohol; y no añadir nada más que agua.
Suena estricto, pero hay un considerable margen de maniobra: ¿qué otros granos utilizar, en qué cantidades? ¿Qué tamaño tiene el barril y qué tipo de roble es? ¿Dónde se ubican los barriles en el almacén? En cuanto al tipo de levadura utilizada… hay mucho margen para la experimentación.