Vamos a partir de la siguiente base: No existe una forma correcta o incorrecta de beber whisky. Lo importante es que lo disfrutes a tu manera.
Disfrutar de esta bebida es un viaje personal que podría cambiar fácilmente en función de tu estado de ánimo o de la época que estés viviendo en tu vida.
Dicho lo cual, debes saber que hay algunas formas que pueden mejorar la experiencia de beberte un whisky. El vaso, la temperatura, los añadidos… En este artículo vamos a ver las diferentes posibilidades y qué le aporta cada una de ellas a la bebida.
1. Disfrutando el whisky solo
La forma más sencilla de disfrutar de un whisky es tomándolo solo. Muchos whiskeys se ven muy mejorados con hielo o con agua, pero te harías un flaco favor si no probaras el whisky solo.
Eso sí, si no estás acostumbrado a esta forma de beberlo, un vaso de whisky solo puede ser como una auténtica bofetada en la cara a tus papilas gustativas.
Para hacer la experiencia más suave, puedes probar a añadirle agua o hielo.
La elección del vaso: Si vas a beber el whisky solo con agua o con hielo, la mejor elección es un buen vaso corto con un fondo pesado.
2. Añadiendo un poco de agua
Esta opción también es muy buena, suavizando el whisky soloa añadiéndole unas gotas de agua para ayudar a abrir los sabores a medida que los líquidos se combinan.
La explicación técnica es que el agua libera los elementos hidrofóbicos (repelentes al agua) del vaso, permitiendo detectar más aromas y, al disminuir el contenido de alcohol, más sabores.
Para tomar un whisky con agua de la forma correcta, lo más sencillo es meter una pajita en un vaso de agua e ir añadiendo gota a gota en tu whisky, hasta que encuentres los sabores que buscas.
3. Añadiendo hielo
Pues entonces tenemos un whisky on the rocks.
Añadir hielo al whisky hace que la experiencia sea más refrescante, pero también puede cambiar significativamente el sabor al diluir el whisky, igual que ocurre cuando lo tomamos con agua.
Además, al enfriar el whisky podemos silenciar algunos sabores y mejorar otros. El hielo adormece tu paladar y embota los sabores, pero a veces simplemente te apetece un whisky frío, así que adelante con ello.
Cuanto más hielo haya en el vaso, más lentamente se derretirá, así que lo mejor sería poner un cubito de hielo muy grande o incluso una bola de hielo.
Este es un aspecto muy subjetivo a la hora de beber el whisky. Hay quienes prefieren usar las piedras de whisky como reemplazo al hielo. Así que si te gusta el whisky frío, pero no quieres los efectos de la dilución del agua, las piedras de whisky pueden ser la elección correcta para ti.
A medida que el whisky se calienta, el sabor evolucionará, permitiéndote experimentar un amplio espectro de sabores entre el inicio y el final de la bebida.
4. Mezclándolo en un combinado
En nuestra opinión, ninguna otra bebida funciona tan bien en tantas formas diferentes como el whisky. Su sabor y textura permiten una gran cantidad de creaciones y diversas interpretaciones.
No hay reglas sobre lo que se puede o no se puede usar como acompañante para el whisky. Desde la archiconocida combinación de whisky y soda, pasando por el sofisticado maridaje de whisky y té (popular en Asia), hasta la mezcla tropical de whisky y agua de coco (disfrutada en el Caribe).
Tampoco hay ninguna ley que obligue a que los whiskies caros se sirvan solos. Lo único que importa es que lo disfrutes.
La elección del vaso: Para bebidas de whisky «largas», como muchos combinados, usa un «highball«, un vaso alto, delgado y de lados rectos.
Y a ti,
¿cómo te gusta beber el whisky?